lunes, 25 de junio de 2012

Heroes del Running (VII): Jim Fixx

Durante un momento vamos a olvidarnos de las marcas, los records  y las hazañas olímpicas de los corredores de fondo. Las proezas, los entrenamientos revolucionarios, las medallas de oro. Olvidaremos a los griegos, de Coubertain, a las Federaciones Internacionales Nos vamos a quedar en los parques, en los caminos, en las aceras ¿Quién es el padre del running ? ¿Quién popularizó e hizo del correr una afición, un deporte, una forma de vida? Durante semanas he indagado y todas las referencias me remiten a un mismo nombre: Jim Fixx. Corredor popular, excelso comunicador y divulgador, víctima de un final que muchos consideran paradójico o irónico en un defensor de la vida sana y el deporte. Conozcamos su vida.

Quizá muchos de vosotros no conozcáis la organización “Mensa”. Es un grupo de elegidos, 110.000 personas, con un cociente intelectual superior a 142. Formar parte de ello es relativamente simple: Solo tienes que hacer un “sencillo” test y acumular un 98% de aciertos. Si pensamos en el aspecto exterior de los miembros de Mensa, tal vez nos venga a la cabeza el empollón de nuestra clase, regordete, con gafas, tímido y antisocial, bueno con las mates y los jueguecitos de lógica pero muy malo en los deportes. Probablemente  James Fuller Fix cumplía de lleno con este arquetipo.  Hijo de familia acomodada, se gradúa en el Oberlin College donde conoce a quien será su mujer y donde dedica la mayor parte de su tiempo libre a dos aficiones: comer y hacer puzles, ambas con vehemencia “ Jim nunca soñaría con haber sido futbolista de fútbol-dice su madre. De ahí a la Universidad, donde su aspecto físico ya empieza a ser preocupante: con una estatura mediocre y 20 años, ya supera los 100 kilos.

Aburrido de estudiar, y cada vez más centrado en los puzles, abandona los libros y se marcha a Cleveland, donde trabaja en prensa y revistas locales mientras desarrolla su gran proyecto: tutelado por Mensa, crea tres ediciones de lo que Jimi llamará “juegos para superinteligentes”, que pone a la venta pensando en hacerse rico pero que terminan diluyéndose y convirtiéndose en un rotundo fracaso, del cual no se recupera durante un tiempo. La decepción es tremenda. El joven come cada vez con mayor convulsión y une un nuevo hábito a sus costumbres: fuma dos paquetes de cigarrillos al día.

Pero todo cambia una mañana de domingo, a finales del mes de noviembre. Cleveland, amanece con las calles cubiertas de hielo. Fixx se levanta y descubre que no tiene un solo pitillo en casa. Se viste (con ropa deportiva de algodón amplia, la única que probablemente no le aprieta y le queda bien) y sale temprano al estanco cercano a casa. Como aún no está abierto, decide ir al kiosko del parque, junto al lago, a medio kilómetro de distancia. En principio camina a ritmo pausado, como siempre. Inexplicablemente  aumenta de manera progresiva el ritmo de sus zancadas. Cuando llega al kiosko, sin resuello, compra su cajetilla de tabaco, la guarda en el bolsillo trasero del pantalón de chándal y vuelve a su casa caminando con pasos largos y rápidos. A veces despega ambos pies del camino, otras se para y recupera el aliento. Mientras regresa, siente su mente menos embotada, más despejada, piensa con claridad.  No volverá a fumar en toda su vida.

A partir de esa mañana, durante años, Jim sale a correr, 20 minutos, una hora, dos, tres. Empieza a perder kilos,a sentir mayor bienestar y a ganar confianza en sí mismo.

Fixx toma en serio su nuevo hábito y en dos años ya está corriendo la maratón de Boston, hecho que le enorgullece notablemente. Probablemente correr y hacer puzles sean actividades muy distintas, pero ambas beben de fuentes comunes: ambas son un ejercicio solitario, requieren de paciencia, los resultados no van al corto plazo, requieren de disciplina y meticulosidad…Él dispone de una mente estructurada y durante años anota sus entrenamientos, sus técnicas, sus motivaciones, sus métodos. Establece en 10 millas su entrenamiento diario estandar, que realiza sin problemas.

En 1977, diez años después de esa mañana de noviembre, con 27 kilos menos de peso, publica “El libro completo del corredor”, que automáticamente se convierte en un best seller en Estados Unidos. Hoy en día, en la era de la información, la figura del entrenador personal, la cultura del gimnasio de los 90 o la popularización de deportes en la educación, el ocio y en los medios nos han acercado a todos el beneficio del deporte, pero lo cierto es que en los setenta supuso una revolución. Lejos de planes complejos, gran número de datos y compliados métodos, la tesis central del libro de Fixx es que el deporte ayuda a mejorar la forma física de quien lo practica, pero también repercute en su mente, lo dota de mayor confianza y le aporta bienestar. Algo obvio hoy en día, pero que suponen toda una revolución en la clase acomodada americana.

El Atletismo que propone Fixx es para todas las edades y condiciones. En su libro expone reincidentemente que hay que correr no por salud o para llegar a ser competitivo, ni muchos menos para quitarnos el “stress”. Todo lo contrario. Según él, se debe aprender a correr, como se debe aprender a bien comer, por necesidad y buen gusto. Así de sencillo. En otras palabras, el deporte debe ser considerado como una necesidad vital, como comer, beber, dormir, etc.
Fixx fue aun más lejos. Quiso que todos tuvieran la enorme dicha de considerar este deporte como una “diversión” más en sus vidas. Correr por “diversión” y no por salud, o para obtener un buen cuerpo, o bien, ser un campeón. En esto consistió el secreto de su éxito editorial
Su fama crece durante años. Publica libros, aparece en medios de comunicación, asiste a eventos… mientras miles y miles de personas imitan su forma de vida, ataviados con chandals de colores estridentes, con muñequeras y con cintas para el pelo.  Jim Fixx es sinónimo de vida saludable y deporte.

La mañana del 20 de julio de 1984, con 52 años, se encuentra de viaje de negocios en Velmot. Como todas las mañanas, sale a correr, quizá pensando en las pruebas que acaba de entregar a su editor de su nuevo libro, auspiciado por Nike,  Máximo rendimiento deportivo: cómo alcanzar tu mayor potencial en velocidad, resistencia, fuerza y coordinación. A los pocos minutos de arrancar cae sobre la calzada, víctima de un infarto de corazón irreversible. Ese mismo día, la prensa da enorme repercusión al hecho, sobre el que flota la evidente pregunta: ¿Cómo es posible que el gurú de la vida sana fallezca a los 52 años haciendo deporte?
 
La autopsia se hace pública y revela dos hechos esclarecedores. El primero de ellos es que  las arterias de Jim estaban obstruidas en su mayoría, en un 95%, debido a su incorrecta alimentación de juventud y a los muchos cigarrillos fumados.  El segundo es que Jim tenía una cardiopatía hereditaria que le hacía propenso a este tipo de accidentes. Su padre había muerto con 41 años y además padecía una rara característica, un corazón mucho mayor de lo normal. 

Creo que hoy en día nadie discute que el deporte sea sinónimo de salud. Y aunque el 99% de las entradas de google sobre nuestro protagonista se centren más en su muerte que en su vida, es muy cierto que algunas tesis de Fixx son hoy día muy muy cuestionables. En primer lugar, no concedía importancia alguna a la dieta, que no consideraba clave en una vida saludable, limitando esta tan solo " a correr y a no fumar". En segundo lugar, rechazaba cualquie contacto con el médico que le hubiera evitado de forma sencilla un final trágico y prematuro con un sencillo chequeo.


Pero nada de esto importa. Su muerte se convierte en motivo de chistes, bromas y chascarrillo, humoristas y cantantes se mofan de la muerte de alguien que se hizo rico vendiendo los beneficios del deporte como sinonimo de una vida larga y saludable, a la vez que siempre permanecerá como argumento de todos aquellos que cuestionan la salubridad del running como ejercicio.




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