Heroes
del Running (VII): Jim Fixx
Durante un momento vamos
a olvidarnos de las marcas, los records
y las hazañas olímpicas de los corredores de fondo. Las proezas, los
entrenamientos revolucionarios, las medallas de oro. Olvidaremos a los griegos,
de Coubertain, a las Federaciones Internacionales Nos vamos a quedar en los
parques, en los caminos, en las aceras ¿Quién es el padre del running ? ¿Quién
popularizó e hizo del correr una afición, un deporte, una forma de vida?
Durante semanas he indagado y todas las referencias me remiten a un mismo
nombre: Jim Fixx. Corredor popular, excelso comunicador y divulgador, víctima
de un final que muchos consideran paradójico o irónico en un defensor de la
vida sana y el deporte. Conozcamos su vida.
Quizá muchos de vosotros no
conozcáis la organización “Mensa”. Es un grupo de elegidos, 110.000 personas,
con un cociente intelectual superior a 142. Formar parte de ello es relativamente
simple: Solo tienes que hacer un “sencillo” test y acumular un 98% de aciertos.
Si pensamos en el aspecto exterior de los miembros de Mensa, tal vez nos venga
a la cabeza el empollón de nuestra clase, regordete, con gafas, tímido y
antisocial, bueno con las mates y los jueguecitos de lógica pero muy malo en
los deportes. Probablemente James Fuller
Fix cumplía de lleno con este arquetipo.
Hijo de familia acomodada, se gradúa en el Oberlin College donde conoce
a quien será su mujer y donde dedica la mayor parte de su tiempo libre a dos
aficiones: comer y hacer puzles, ambas con vehemencia “ Jim nunca soñaría con
haber sido futbolista de fútbol-dice su madre. De ahí a la Universidad, donde
su aspecto físico ya empieza a ser preocupante: con una estatura mediocre y 20
años, ya supera los 100 kilos.
Aburrido de estudiar, y cada vez
más centrado en los puzles, abandona los libros y se marcha a Cleveland, donde trabaja en prensa y revistas locales mientras desarrolla su
gran proyecto: tutelado por Mensa, crea tres ediciones de lo que Jimi llamará
“juegos para superinteligentes”, que pone a la venta pensando en hacerse rico
pero que terminan diluyéndose y convirtiéndose en un rotundo fracaso, del cual
no se recupera durante un tiempo. La decepción es tremenda. El joven come cada
vez con mayor convulsión y une un nuevo hábito a sus costumbres: fuma dos
paquetes de cigarrillos al día.
Pero todo cambia una mañana de
domingo, a finales del mes de noviembre. Cleveland, amanece con las calles
cubiertas de hielo. Fixx se levanta y descubre que no tiene un solo pitillo en
casa. Se viste (con ropa deportiva de algodón amplia, la única que
probablemente no le aprieta y le queda bien) y sale temprano al estanco cercano
a casa. Como aún no está abierto, decide ir al kiosko del parque, junto al
lago, a medio kilómetro de distancia. En principio camina a ritmo pausado, como
siempre. Inexplicablemente aumenta de
manera progresiva el ritmo de sus zancadas. Cuando llega al kiosko, sin resuello,
compra su cajetilla de tabaco, la guarda en el bolsillo trasero del pantalón de
chándal y vuelve a su casa caminando con pasos largos y rápidos. A veces
despega ambos pies del camino, otras se para y recupera el aliento. Mientras
regresa, siente su mente menos embotada, más despejada, piensa con claridad. No volverá a fumar en toda su vida.
A partir de esa mañana, durante
años, Jim sale a correr, 20 minutos, una hora, dos, tres. Empieza a perder
kilos,a sentir mayor bienestar y a ganar confianza en sí mismo.
Fixx toma en serio su nuevo
hábito y en dos años ya está corriendo la maratón de Boston, hecho que le
enorgullece notablemente. Probablemente correr y hacer puzles sean actividades
muy distintas, pero ambas beben de fuentes comunes: ambas son un ejercicio
solitario, requieren de paciencia, los resultados no van al corto plazo,
requieren de disciplina y meticulosidad…Él dispone de una mente estructurada y
durante años anota sus entrenamientos, sus técnicas, sus motivaciones, sus
métodos. Establece en 10 millas su entrenamiento diario estandar, que realiza sin problemas.
En 1977, diez años después de esa
mañana de noviembre, con 27 kilos menos de peso, publica “El libro completo del
corredor”, que automáticamente se convierte en un best seller en Estados
Unidos. Hoy en día, en la era de la información, la figura del entrenador
personal, la cultura del gimnasio de los 90 o la popularización de deportes en
la educación, el ocio y en los medios nos han acercado a todos el beneficio del
deporte, pero lo cierto es que en los setenta supuso una revolución. Lejos de
planes complejos, gran número de datos y compliados métodos, la tesis central
del libro de Fixx es que el deporte ayuda a mejorar la forma física de quien lo
practica, pero también repercute en su mente, lo dota de mayor confianza y le
aporta bienestar. Algo obvio hoy en día, pero que suponen toda una revolución
en la clase acomodada americana.
El Atletismo que propone Fixx es
para todas las edades y condiciones. En su libro expone reincidentemente que
hay que correr no por salud o para llegar a ser competitivo, ni muchos menos
para quitarnos el “stress”. Todo lo contrario. Según él, se debe aprender a
correr, como se debe aprender a bien comer, por necesidad y buen gusto. Así de
sencillo. En otras palabras, el deporte debe ser considerado como una necesidad
vital, como comer, beber, dormir, etc.
Fixx fue aun más lejos. Quiso que
todos tuvieran la enorme dicha de considerar este deporte como una “diversión”
más en sus vidas. Correr por “diversión” y no por salud, o para obtener un buen
cuerpo, o bien, ser un campeón. En esto consistió el secreto de su éxito
editorial
Su fama crece durante años.
Publica libros, aparece en medios de comunicación, asiste a eventos… mientras
miles y miles de personas imitan su forma de vida, ataviados con chandals de
colores estridentes, con muñequeras y con cintas para el pelo. Jim Fixx es sinónimo de vida saludable y
deporte.
La mañana del 20 de julio de 1984,
con 52 años, se encuentra de viaje de negocios en Velmot. Como todas las
mañanas, sale a correr, quizá pensando en las pruebas que acaba de entregar a
su editor de su nuevo libro, auspiciado por Nike, Máximo rendimiento deportivo:
cómo alcanzar tu mayor potencial en velocidad, resistencia, fuerza y
coordinación. A los pocos minutos de arrancar cae sobre la calzada, víctima de un
infarto de corazón irreversible. Ese mismo día, la prensa da enorme repercusión
al hecho, sobre el que flota la evidente pregunta: ¿Cómo es posible que el gurú
de la vida sana fallezca a los 52 años haciendo deporte?
La autopsia se hace pública y
revela dos hechos esclarecedores. El primero de ellos es que las arterias de Jim estaban obstruidas en su
mayoría, en un 95%, debido a su incorrecta alimentación de juventud y a los
muchos cigarrillos fumados. El segundo
es que Jim tenía una cardiopatía hereditaria que le hacía propenso a este tipo
de accidentes. Su padre había muerto con 41 años y además padecía una rara
característica, un corazón mucho mayor de lo normal.
Creo que hoy en día nadie discute que el deporte sea sinónimo de salud. Y aunque el 99% de las entradas de google sobre nuestro protagonista se centren más en su muerte que en su vida, es muy cierto que algunas tesis de Fixx son hoy día muy muy cuestionables. En primer lugar, no concedía importancia alguna a la dieta, que no consideraba clave en una vida saludable, limitando esta tan solo " a correr y a no fumar". En segundo lugar, rechazaba cualquie contacto con el médico que le hubiera evitado de forma sencilla un final trágico y prematuro con un sencillo chequeo.
Pero nada de esto importa. Su muerte
se convierte en motivo de chistes, bromas y chascarrillo, humoristas y
cantantes se mofan de la muerte de alguien que se hizo rico vendiendo los
beneficios del deporte como sinonimo de una vida larga y saludable, a la
vez que siempre permanecerá como argumento de todos aquellos que cuestionan la salubridad del running como ejercicio.