Esta semana me ha sorprendido una noticia publicada por Marca en edición impresa (que no digital): dos niñas de 10 y 12 años corren maratones, triatlones y carreras de montaña. La noticia se ha originiado en Estados Unidos, donde ha tenido cierta repercusión en el mundo del running popular, aunque Sandy y las elecciones se han encargado de desviarla de los principales focos de atención de interés general. El debate, como os podéis imaginar, está servido.

La noticia incide en la reacción de competidores y expectadores ante el hecho de que en pruebas de marcado caracter senior participen dos niñas con una fisionomía muy alejada aún de la de un cuerpo adulto. "La gente nos lanza gritos de apoyo", dice el padre, "pero también de rechazo e incluso insultos".
Si me preguntan cual es mi punto de vista, este tipo de precocidad no me parece ni buena ni mala, tan solo poco práctica. Creo que ambas alcanzarán su zenit atlético dentro de 10-12 años y a partir de ahí su carrera irá cuesta abajo. La explicación: en los deportes de resistencia el cuerpo es el principal factor limitante y creo que mantener ese nivel de competición y entrenamiento mucho más tiempo les va a a resultar complicado.
Una última reflexion: Alguno de vosotros probablemente piense que la solución está en preguntar a las niñas, si les gusta lo que hacen o prefieren jugar con muñecas y disfrutar del tiempo libre. ¿qué creéis que van a decir?
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